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Noel Gallagher: Un pájaro retrógrado que vuela alto

  • Aarón García Acosta
  • 7 mar 2016
  • 4 Min. de lectura

Hace algunos meses navegaba por youtube y miraba vídeos musicales (como usualmente lo hago en mi tiempo libre). Entre videoclips y grabaciones en vivo, apareció entre las recomendaciones una entrevista que le hicieron al músico británico Noel Gallagher. Con una leather jacket color negra y un comportamiento egocéntrico, aparece el artista a plano medio en el vídeo y a continuación inicia la primera pregunta-respuesta: "So! Noel Gallagher’s High Flying Birds, how did you come up with the name?" Por lo que éste contestó: "cause i’m a fu**ing genius".


Tal vez aquellos que están familiarizados con la música del rock británico han escuchado hablar sobre este peculiar músico, al igual que su primera banda y su hermano Liam Gallagher. Así mismo, también sabrán que la ruptura de Oasis se debió a la conflictiva –y a veces violenta– relación entre ambos.


Pero la polémica de tal suceso no será tema para esta columna, en esta ocasión, hablaremos un poco sobre la trayectoria de Noel como solista; como un artista que ha trascendido por su estricta visión de hacer música, así como su retrógrada forma de mantenerse al margen en una etapa donde la industria musical se adapta a innovadoras plataformas para la promoción y difusión de las producciones audiovisuales.




Entre pájaros que vuelan alto

Noel y los High Flying Birds debutaron en el año 2011. El primer álbum homónimo de la banda se destacó por algunas canciones como Everybody’s on The Run, The Death Of You and Me, Dream On, If i Had a Gun y, en lo personal, una de mis favoritas, Stop The Clocks; aunque esta última no es una canción inédita de su proyecto actual, sino de Oasis. Y es que así sucede, siempre que un ex-integrante de un grupo prestigioso sale al escenario en solitario, termina por elogiar un tema que fue compuesta para su antigua banda.


Para el año 2015 sale a la luz Chasing Yesterday, una segunda producción de estudio que tiene mucho qué decir en cuanto a su contenido. Para ejemplificar esto, retomemos de nuevo aquella entrevista que mencioné al inicio. Entre el diálogo que se generó a partir de las preguntas que le hicieron a Gallagher, precisamente salió al tema sobre un peculiar elemento de su proceso creativo y que todos los que han escuchado ambos álbumes, seguramente se dieron cuenta.


Es pues, la típica forma del artista británico para iniciar una canción; vemos a través del playlist una serie de sonidos que nos remiten a la cotidianidad como el de una estación de autobús, un suspiro profundo, el cambio de página de un libro; incluso el clásico conteo para marcar el tiempo en las canciones. Según Noel, todo esto fue intencional. Deja fluir este contenido en el disco para conservar elementos cotidianos que avivan la música y para reiterarnos que en las composiciones musicales siempre habrá –sea de manera explícita o implícita– códigos y mensajes que de una forma u otra, nos cuentan una historia.



Un Gallagher en el siglo XXI

A pesar de su deslumbrante manera de componer piezas musicales, Gallagher tiene una estricta y retrógrada visión del quehacer como músico. En la actualidad diversos artistas ya han virado en las recientes plataformas de la red que ya permiten al receptor escuchar música sin la necesidad de ir a la tienda de discos a comprar el álbum; en cambio, con tan sólo una suscripción mensual, cualquiera puede tener acceso a infinidad de canciones en línea.


Aplicaciones como Spotify, Soundcloud, Bandcamp, entre otras, han permitido a los músicos promover y difundir sus producciones musicales. Además, éstas se han utilizado como herramientas para que artistas y bandas locales propaguen su reconocimiento a nivel nacional e internacional.


En ese contexto, el músico británico se ve inmerso en un nuevo mecanismo de la industria musical, muy diferente a la que él estaba acostumbrado en los años noventa. Por ello, pues, no le queda más que adaptarse a tal dinámica. Y en efecto, si uno entra a Spotify por ejemplo, va a encontrar su música allí.


Seguramente preguntarán: ¿cuál es entonces la idea de adjetivar a Noel Gallagher como retrógrado? la respuesta se fundamenta en su forma de pensar y de ser músico. Ya varias veces él ha comentado a la prensa que esta nueva manera de comercializar música no ha sido de su agrado, sobre todo lo que tenga qué ver con el uso de las redes sociales y su vinculación con las aplicaciones de música.


Por otro lado, es evidente que no es el único que debió haber pasado por esta transición. Parece pues, que todos los artistas que emergieron en las postrimerías del siglo pasado, y que aún mantienen el barco a toda marcha, debieron adaptarse a las plataformas de distribución digital.

Es por eso que vale la pena reflexionar en los cambios y transiciones, que, en este caso, la industria y la música deja mucho qué decir. Los cambios tecnológicos en el siglo XXI van avanzando cada vez más rápido. Y aunque persisten ciertas prácticas que desean retomar elementos tradicionales (como la venta de música a través de vinyles y casetes), estamos en un periodo donde predomina el mundo digital. Pero en fin, eso es tema para otra ocasión. En lo que respecta a Noel Gallagher’s High Flying Birds, sólo nos queda esperar su siguiente álbum de estudio.





AARÓN GARCÍA ACOSTA es estudiante de la Licenciatura en Historia, en la Universidad Autónoma de Baja California, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Melómano y fanático del Rock Alternativo. Colaborador y parte del consejo editorial de Ideas Presentes.


 
 
 

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