EQUINOCCIO | Cuarto Capítulo: Extraviada

Equinoccio

Capítulo IV

EXTRAVIADA

Soledad se tatuó siete estrellas debajo de sus senos cuando cumplió 16 años y huyó de su padre quien le había roto una pierna. Ahora bebe una taza de café negro mientras espera el desayuno como el resto de las muchachas. Sabe que pronto él saldrá de su escondite para amarla en medio del olor putrefacto. Su brassiere rojo es la adoración de los monstruos.

Mientras tanto, en el departamento se escucha "Simpathy for the devil", lo matan los íconos de la maldad, pero disfruta tararear la canción tanto como amar los ojos de Morrison, se propone salir a beber unos tragos, admirar y dibujar caricias más tarde en los restos de su compañera de trabajo. Nadie recordará su nombre puesto que será una más. Piensa en Soledad antes de tumbarse en la cama.

MARCIA RAMOS es Lic. en Lengua y Literatura de Hispanoamérica. Estudió el Diplomado en Creación Literaria en la Casa de Estudios de posgrado Sor Juana. Ha publicado cuentos de terror, ciencia ficción y humor negro, poemas, minificciones, crónicas y ensayos en diversos medios impresos, páginas web y antologías. Ha impartido talleres de creación literaria en diversas escuelas y CEART. Actualmente estudia la Maestría en Educación en CUT y es profesora de Literatura mexicana, Gramática Española y Gestión de la información. Publica ocasionalmente en su blog Historias de una mente fragmentada.

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