EQUINOCCIO | Capítulo XII: Lo que no te mata, te envenena
- Marcia Ramos Lozoya
- 17 jun 2016
- 2 Min. de lectura
EQUINOCCIO
CAPÍTULO XII
Lo que no te mata, te envenena
Debajo del árbol no hay miedo, ni sombras, ni escarabajos a punto de picarte. Debajo del árbol no existen limitaciones y errores. Debajo del árbol sólo está la sangre con la que rogaste por amor que nada se acabará. Ser un asesino implica matarse con cada nueva aventura y con cada abandono de la tierra. Por esa y muchas razones mato. Porque cuando mi alma sé que queda arraigada a mi cuerpo me vuelvo un ser mezquino e idiotizado por las pobres convenciones de los otros. Yo me enamoré cuando tenía 15 años de la silueta de una mujer, pero cuando descubrí que en su alcoba había una colección de fotografías de este mundo, me desilusioné completamente. La amé como un loco, como alguien que sabe que este mundo es una gloria disfrazada, pero ella cerró la puerta cuando se lo dije.
Me di cuenta que no era a través de la materia que el hombre podía transformarse sino en la ausencia de esta. Soledad no te has dado cuenta que tú misma te rechazas cuando detienes la mirada en los árboles y te olvidas de la existencia colocada de los ojos. Esa prostituta a la que tú llamas extraña no será más que una esclava nuestra.

MARCIA RAMOS es Lic. en Lengua y Literatura de Hispanoamérica. Estudió el Diplomado en Creación Literaria en la Casa de Estudios de posgrado Sor Juana. Ha publicado cuentos de terror, ciencia ficción y humor negro, poemas, minificciones, crónicas y ensayos en diversos medios impresos, páginas web y antologías. Ha impartido talleres de creación literaria en diversas escuelas y CEART. Actualmente estudia la Maestría en Educación en CUT y es profesora de Literatura mexicana, Gramática Española y Gestión de la información. Publica ocasionalmente en su blog Historias de una mente fragmentada.
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